Mi primera vez de sonido termina en tortura de pelotas, tortura de pezón y una gran explosión de esperma
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Mi primera sesión de sonido se convirtió en una escena de tortura de cuerpo completo. Pezones sujetados, polla llena, bolas abofeteadas y manos acariciándolo hasta el borde una y otra vez. No se corrió—se rindió ante mí.